Y SUS EXTRAÑAS DOCTRINAS
El puertorriqueño José Luis De
Jesús, se hace llamar el sucesor del apóstol San Pablo y ofrece la cobertura
espiritual de su apostolado a toda persona que acepte unirse a su causa y las
revelaciones exclusivas que dice haber recibido de parte de Dios. Entre estas,
la revelación de que la existencia de Satanás es un mito, de que los creyentes
tenían preexistencia antes de nacer, la doctrina de los pequeños dioses, el
rechazo a las ordenanzas de la cena del Señor y el bautismo, la doctrina sobre
la capacidad creadora de la confesión positiva, y la negación de la validez de
las cartas de Juan y Santiago como verdaderamente inspiradas y doctrinalmente
sanas.
Creciendo en Gracia es
un movimiento cuya sede se halla en la ciudad de Miami, en el estado de
Florida, EE.UU. A primera vista parece ser un ministerio preocupado por la
propagación de las doctrinas de la gracia. Su literatura y los mensajes
grabados en cassettes en contra del legalismo y del sistema de obras o méritos
para mantener la salvación, resultan sumamente atractivos para todos aquellos
carismáticos desilusionados y hastiados de tanta inseguridad y doctrinas
extremistas inventadas por los hombres. Para aquellos que están descarriados o
descontentos, y que han comenzado a descubrir algunas verdades relacionadas con
la seguridad eterna y el reposo soteriológico (con respecto a la salvación) del
creyente, la terminología y los conceptos de Creciendo en Gracia pueden parecer
sumamente atractivos.
No obstante, hay
incautos que optan por adherirse a este movimiento, y se ven paulatinamente
expuestos a doctrinas totalmente heréticas y contrarias a las verdades
fundamentales de la Palabra de Dios, algunos conceptos vagos sobre la gracia
son mencionados y utilizados como “caballo de Troya”. Pero aún estos conceptos
como la naturaleza doble del creyente y la perseverancia de los santos, son
sacados totalmente de su enfoque balanceado y sano, creando un antinomianismo
(contra la ley) o negación total a las disciplinas cristianas y a la
santificación progresiva del redimido. En adición a eso, el líder y fundador de
Creciendo en Gracia, José De Jesús reclama ser el elegido por Dios como apóstol
de los gentiles para continuar el ministerio apostólico y traer consigo una
nueva reforma, asumiendo una posición de autoridad espiritual incuestionable
sobre cualquier otro creyente.
En una publicación de
este movimiento dice lo siguiente: “En este Apostolado de Creciendo en Gracia,
hemos visto a través de los años cómo muchos corruptos de entendimiento no se
han sujetado a la doctrina de un apóstol y se han lanzado al naufragio de la
carne haciendo sus propias doctrinas sin respetar las autoridades de la
cubierta angelical de este apostolado que Dios ya ha establecido”. El apóstol a
que se refiere es José De Jesús y se condena abiertamente a todos los que
rehúsen someterse a su “cobertura angelical”. De esta manera Creciendo en
Gracia queda claramente definida como una secta falsa entre otras cosas por
esta postura en la cual uno o más líderes reclaman una autoridad o iluminación
exclusiva y superior. No tiene nada que envidiarle a los mormones ni a los
mitas ni a los Testigos de Jehová.
Este grupo afirma en otra publicación: “Nosotros vamos a
ser la academia que va a educar a todos los pastores del mundo, porque alguien
tiene que educarlos y el único que lo puede hacer es este ministerio” Estas palabras desafiantes
fueron dichas por un maestro del Ministerio Creciendo en Gracia.
En
este trabajo presento algunas de sus doctrinas y creencias, analizadas a la luz
de la Biblia para determinar si este ministerio es apto para “educar a todos
los pastores del mundo”.
En
1988, la agrupación llamada “Ministerio Creciendo en Gracia” empezó en la
ciudad de Miami, Florida, EE.UU., en donde actualmente se encuentra su sede
internacional. El grupo, fue fundado por el puertorriqueño, José Luis de Jesús.
En
1993 en Puerto Rico. Durante la tercera convención anual, José Luis de Jesús
fue proclamado “Apóstol” por sus adeptos. El grupo cuenta con iglesias en los
siguientes países: Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia,
Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,
R. Dominicana, Perú, Puerto Rico, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela
Este grupo afirma
lo siguiente:
La
siguiente es la lista de Iglesias de esta secta en Colombia y sus respectivos
“pastores”:
ARMENIA Jesús A. Calvo
BARRANQUILLA Fredy Palma Gutiérrez
BOGOTA Carlos Cestero
BUCARAMANGA Fidel E. Briceño
BUENAVENTURA Oneith Valdez
CALI Liber Fernando Madiedo Peraza
CARTAGENA Oscar Urueta
CARTAGO Clara Inés Torres
MEDELLÍN
NEIVA
PEREIRA Carlos Pimentel
PRADERA
(VALLE) Fernando Madiedo
PITALITO
PALMIRA
RIOACHA Josefa Pichуn
SANTA
MARTA Oscar Urueta y Freddy Palma
SINCELEJO Debbis Castro
VILLAVICENCIO
BARRANCABERMEJA
Fidel Briceсo
POPAYБN Oneith Valdez
CERETE Oscar Urueta
También cuentan con una serie de programas de radio nacionales,
especialmente en la zona caribe del país y con un espacio en televisión.
Estas personas enseñan
que los seres humanos: “Antes de ser formados en carne en el vientre de nuestra
madre, fuimos creados en espíritu antes de la fundación del mundo”, a esto le
llaman “la preexistencia”. Algunos de los versículos que citan para apoyar la
preexistencia es Hebreos 12:9, en donde la Biblia hace mención que Dios es “el
Padre de los espíritus” (RV). Ellos concluyen que Dios “es nuestro Padre
espiritual y nuestro papá y mamá son nuestros padres terrenales”. Otro
versículo es Jeremías 1:5 “Antes que te formase en el vientre te conocí, y
antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (RV). A
este pasaje lo explican de la siguiente manera: “Lo que Dios conoció fue su
espíritu. . . Dios creó muchos espíritus (ángeles) antes de la fundación del
mundo.
Luego, esos ángeles fueron tomando cuerpo mientras pasaban por el vientre”. El verso de Hebreos de ninguna manera enseña que existimos como espíritus antes de nuestra existencia como seres humanos. La frase “Padre de los espíritus” simplemente está señalando que Dios es el Creador, tanto de nuestro cuerpo como de nuestro espíritu humano. La preexistencia de espíritus es claramente antibíblica. Zacarías 12:1 dice que Dios: “forma el espíritu del hombre dentro de él”, no que lo formó antes de que el hombre existiera. El pasaje de Jeremías tampoco se refiere a la preexistencia del hombre, sino a la omnisciencia (todo lo sabe) de Dios. Antes de que Jeremías naciera, Dios sabía que él iba a llegar a ser un profeta. Dios . . . llama las cosas que no son, como si fuesen (Rom. 4:17).
El Evangelio
de Salvación Predicado en el Cielo:
La
agrupación no sólo enseña que existimos como espíritus o ángeles antes de
nuestra existencia en la tierra. También aseguran que durante nuestro período como
espíritus o ángeles en el cielo, Dios nos predicó: “El evangelio de nuestra
salvación”. Razonemos este punto. El evangelio de salvación se le predica sólo
al que se encuentra perdido en sus pecados y necesita el perdón de Dios. En el
cielo: ¡no hay pecado! ¿De qué tendríamos que ser salvos? Además, la Biblia
enseña que el evangelio de salvación es la muerte, sepultura y resurrección de
Jesucristo (1Cor. 15:1-4). Por lo tanto, esto no ocurrió hasta que Jesús vino a
la tierra y pagó el precio por nuestros pecados en la cruz del calvario. A
esto, ellos contestan: “El Cordero que iba a quitar tu pecado fue inmolado
antes de la fundación del mundo”. En otras palabras, ellos creen que Jesús pagó
el precio de nuestros pecados antes de venir a la tierra, y citan Apocalipsis
13:8 “...del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (RV). Este
pasaje parece apoyar su punto, sin embargo, el pasaje de ninguna manera está
enseñando que Jesús literalmente “fue inmolado (murió) desde el principio del
mundo”, sino que ese era el propósito divino desde el principio del mundo. El
apóstol Pedro apoya este punto al decir: “. . . la sangre preciosa de Cristo,
como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de
la fundación del mundo. . .” (1Ped. 1:19-20). Nuevamente podemos observar que
sus doctrinas de “preexistencia” y la predicación del “evangelio de salvación”
en el cielo son contrarias a las enseñanzas bíblicas.
Después
que Dios terminó de instruirnos y predicarnos el evangelio de salvación en el
cielo, mientras éramos ángeles, él nos envió a la Tierra para “participar de
carne y sangre”. La agrupación alega que: “Usted y yo fuimos ángeles antes de
ser hombre y mujer, por la sencilla razón de que usted existió en espíritu
antes de que existiera en carne. . . Cada vez que nace una persona es un ángel
que baja del cielo hasta la tierra . . . Cada vez que muere uno, sube un ángel
[al cielo]. . . “. La idea de que las personas son ángeles en cuerpos humanos,
no sólo es absurda, sino también contraria a lo que la Biblia dice acerca de
los ángeles y el hombre. Las Escrituras hacen una clara distinción entre los
ángeles y el hombre. Por ejemplo: La Biblia dice que Dios creó al hombre a su
imagen (Gén 1:27), pero de los ángeles no se dice lo mismo. En el Salmo 8:5
leemos que Dios hizo a los hombres un poco menor que a los ángeles, pero
seremos hechos más grandes que ellos en el cielo. 1Corintios 6:3 nos habla de
que llegará el día cuando los creyentes (en el cielo) juzgaremos a los ángeles.
De la misma manera 1Corintios 13:1 hace una distinción entre “lenguas”
(idiomas) humanas y angelicales.
¿Quién fue Adán? :
Según
el Ministerio Creciendo en Gracia, Adán fue la serpiente, el Diablo y Satanás,
explicando que él fue: “. . . un ángel . . . en el principio, después se
enalteció [y Dios]. . . lo tiró a él y
en el trayecto del cielo a la tierra llegó como un hombre” y fue puesto en el
Edén como Adán. Cuando Eva fue tentada por la serpiente a comer del árbol que
Dios les había prohibido comer (Gén. 3). Eva le recuerda a la serpiente lo que
Dios había dicho acerca de tal árbol: “No comeréis de él, no le tocaréis, para
que no muráis” (v.3). Un pastor principal del “ministerio” opina que el diálogo
que Eva estaba teniendo no era con la serpiente, sino: “lo estaba hablando con
Adán y Adán le dijo: . . . el día que tú comas tus ojos serán abiertos y serás
igual a Dios (v.5). Eso no es la serpiente hablando con ella. . . era él
[Adán], la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás...”, afirma el
pastor. Si Adán fue la serpiente como el grupo supone, tendríamos que utilizar
mucha imaginación para poder entender el recuento de la Creación en Génesis.
Por ejemplo:
La
Biblia de ninguna manera enseña que Adán pudo haber sido la serpiente antigua,
el Diablo, Satanás.
El
Apostolado:
Creciendo en gracia anuncia que su “apóstol” llegó al mundo en un tiempo de desesperación, en donde toda la creación se preguntaba: “cuándo sería el tiempo en que se levantaría el ‘otro’ que edificaría sobre el fundamento dejado por el Apóstol Pablo . . . Ese hombre se llamaría José Luis de Jesús, a quien Dios preparó para creer, entender y explicar los misterios de Dios”. Este suceso no se daría a conocer hasta 1993 (cinco años después que José Luis de Jesús formó el grupo), cuando sus adeptos lo proclamarían “Apóstol”. Los adeptos son enseñados que el suceso del “otro” que se levantaría y “edificaría sobre el fundamento dejado por el apóstol Pablo” es José Luis de Jesús y fue profetizado por el mismo Apóstol Pablo en 1Corintios 3:10.
¿Profetizó Pablo la llegada de José
Luis de Jesús como “apóstol” para el año 1993 en 1 Corintios 3:10?:
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada
uno mire cómo sobreedifica” (1 Cor. 3:10).
En
el capítulo tres, Pablo trata con la idea falsa que tenía la iglesia de Corinto
acerca del ministerio (v. 5). También habla acerca de la división que estaba
ocurriendo como resultado del malentendido del ministerio cristiano, señalando
que los ministros son simplemente servidores; es Dios el que hace el trabajo
(v. 5-9). El versículo diez, al igual que todo el capítulo, nada tiene que ver
con la llegada de José Luis de Jesús como el “otro apóstol” en 1993.
La
palabra “otro” en el verso diez de ninguna manera puede estar refiriéndose a
una persona específica que llegaría en el futuro y edificaría sobre el
fundamento de Pablo. Por la siguiente razón: la frase “otro edifica” (está en el tiempo presente, no
en el tiempo futuro) se refiere al trabajo de Apolos (v. 6) y a los otros ministros en general,
como en los versos 12-15. La manera en que esta agrupación intenta explicar
1Corintios 3:10 es un caso clásico de cómo el grupo tuerce las Escrituras para su
propia perdición (2 Ped. 3:16).
Este grupo, así como muchas otras sectas, rechaza la doctrina
bíblica de la Trinidad. Tienen el mismo concepto modalista que tienen los
Unicitarios (sólo Jesús). Ellos afirman: “Dios es uno, pero él tiene diferentes
manifestaciones”.“. . . El Hijo es el Padre, pero cuando nació de María se
llamó ‘Hijo’ ”. “El Espíritu Santo en nosotros es Cristo...” El concepto herético que tiene este grupo
acerca de la naturaleza de Dios se conoce como el modalismo. Esta herejía se
introdujo por el año 200 d.C., la cual ha sido rechazada y refutada centenares
de veces a través de los siglos por la cristiandad. Esta herejía enfatizaba la
unidad radical de Dios, enseñando que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son
solamente diferentes modos o expresiones de la manifestación de Dios, en lugar
de tres distintas personas; las cuales son la misma sustancia al mismo tiempo.
La Biblia claramente demuestra que el Hijo (Jesús) no es el
Padre. Existen muchos pasajes en donde el Hijo es distintivo al Padre. Por
ejemplo, en Mateo 28:19 “. . . del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Las
salutaciones demuestran una distinción (Rom. 1:7; 1Cor. 1:3; etc.;
especialmente 2 Juan 3). Las Escrituras señalan que el Padre y el Hijo son dos
testigos (Jn. 5:31-32; 8:16-18). Además nos dice que el Padre envió al Hijo al
mundo a morir por nuestros pecados (Jn. 3:16-17; Gál. 4:4; 1 Jn. 4:10).
De la misma manera que la Biblia enseña que hay una distinción
entre el Padre y el Hijo, así también demuestra que hay una distinción entre
Cristo y el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es “otro Consolador” enviado para
reemplazar a Jesús después de su ascensión al cielo (Jn.14:16; cf. 1 Jn. 2:1).
El Espíritu Santo fue enviado por y de parte de Jesús (Jn. 14:15; 15:26;16:7).
El Espíritu Santo demuestra humildad en relación a Cristo, busca glorificar a
Cristo (Jn.16:13-14). La Biblia no enseña que el Hijo es el Padre, ni que el
Espíritu Santo es Cristo de la manera que lo enseña esta agrupación.
Al
igual que otras sectas antitrinitarias, el Ministerio Creciendo en Gracia mal
representa lo que los trinitarios creen acerca de la Trinidad, afirmando: “. .
Si tu crees que hay trinidad allá en el cielo [tu crees que], hay tres
espíritus. El Espíritu Santo, Dios el espíritu y el espíritu de Cristo. . .”
Este argumento ignora que existe una diferencia en el uso de la palabra
“Espíritu”. Por ejemplo, hay un Espíritu, una persona conocida como el Espíritu
Santo. También hay un Espíritu, un ser espiritual conocido como Dios. Así que
los trinitarios no creemos en tres Espíritus, sino en un Espíritu (Dios) que
existe eternamente en tres personas llamadas Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La Superioridad de Pablo (Saulo):
Este grupo afirma que: “Para poder interpretar las Sagradas
Escrituras y el evangelio correctamente hay que entender el evangelio que Pablo
predicó . . . Hoy en día tenemos diversidad de interpretaciones de la palabra
de Dios y muchas divisiones por no entender las 14 epístolas de Pablo . . .
Sólo al entender estas 14 cartas paulinas podemos interpretar debidamente toda
la palabra de Dios”.
Creciendo
en Gracia ha adoptado una posición sumamente distorsionada con relación a las
cartas paulinas y los otros libros del Nuevo Testamento. No cabe duda de que al
apóstol San Pablo entendió de una manera sumamente clara la abolición de las
leyes y preceptos del antiguo pacto. Su experiencia dentro del fariseísmo,
donde como él mismo afirmaba “aventajaba a muchos de sus contemporáneos” y su
posterior encuentro con Jesucristo, derribaron todo su orgullo religioso y pudo
comprender Saulo de Tarso (Pablo) la superioridad de un nuevo pacto establecido
sobre mejores promesas.
También es cierto que al principio, a los apóstoles que
anduvieron con el Señor se les hizo difícil aceptar que los gentiles pudieran
ser incluidos en el plan de Dios. Por esto vemos en el libro de los Hechos cómo
el Señor permitió que los gentiles que venían al evangelio experimentaran
inmediatamente ciertos dones, del mismo modo que lo hicieron los creyentes
judíos. La Biblia nos muestra que hubo conflicto entre algunos cristianos de
origen judío, llamados los judaizantes, y el apóstol Pablo; éste entendía que
la fe en Cristo era suficiente y no era ya necesario imponer mandamientos a los
gentiles creyentes de guardar el sábado o la circuncisión.
Pablo
mismo nos dice que tuvo que reprender al apóstol Pedro cara a cara porque se
dejó arrastrar en la hipocresía de los judaizantes y cuando llegaban los
creyentes judíos ya no quería juntarse con los creyentes gentiles (Gál.
2:11-16). El Señor hasta tuvo que hablarle por visión al mismo Pedro cuando vio
aquel lienzo que descendía del cielo repleto de animales considerados inmundos
por la ley de Moisés, y Dios le ordenó que los matara y se los comiera porque lo
que él limpió ya no es inmundo (Hch. 10:9-15). Con esta visión Dios quería
mostrarle al apóstol que lo que es limpiado por la sangre de Cristo ha sido
purificado de toda inmundicia.
Finalmente,
cuando las conversiones de los gentiles en Asia y Europa sobrepasaban el número
de los creyentes judíos, los apóstoles decidieron convocar a los ancianos a un
importante concilio en Jerusalén. Allí el apóstol Pablo tuvo la oportunidad de
aclarar su posición y en aquel concilio quedó claramente establecido y
aceptado, aun por Santiago y Pedro, que no era necesario imponer ninguna carga
ceremonial de la ley a los creyentes. Sólo se exhortó a que los gentiles se
abstuvieran de lo sacrificado a los ídolos y las ceremonias de sangre típicas
de las culturas paganas donde ellos vivían. El mismo apóstol Pablo aceptó esta
exhortación entendiendo que era necesaria, no porque el creyente se pudiera
contaminar con esos alimentos, sino para guardar el testimonio y evitar ser
piedra de tropiezo a los débiles en la fe (Hechos. 15:24-29; 1 Cor. 8:1-9).
A
pesar de que San Pablo se dedicó mayormente a llevar el mensaje del Reino de
Dios a los pueblos gentiles, conforme a su llamado, siempre sintió una carga
por los de su nación, los israelitas. En cada lugar que visitaba, entraba en la
sinagoga y buscaba hablarles del Señor a sus compatriotas. Muchas veces fue
rechazado por esos judíos incrédulos y constantemente Pablo les
decía que por cuanto habían desechado la Palabra de la Cruz, el Señor llamaría
a un pueblo que, aunque antes estaba separado y alejado de toda esperanza,
ahora por la gracia de Dios sería injertado en el nuevo pacto.
Sin embargo, Pablo siempre aclaró que Dios no había
desechado a su pueblo (Rom.11:1-5), porque él mismo era descendiente de los
israelitas. De esa manera Pablo dejó establecido que la salvación no era ni es
algo nacional, sino por elección. Que la verdadera Israel de Dios está
constituida por todos aquellos judíos y gentiles que han creído en Jesucristo
(Rom. 9:1-4). La Israel verdadera de Dios es una Israel espiritual y no
nacional; como siempre lo ha sido aun desde el Antiguo Testamento.
Con el tiempo los demás apóstoles entendieron todo esto
de manera clara y un análisis serio de los escritos de éstos nos muestran que
entendían a plenitud la gracia de Dios. De manera
que cuando Pedro hace referencia a los escritos de Pablo como difíciles de
entender, no está diciendo que él mismo no los entiende, sino que hay indoctos
e inconstantes que los tuercen como también las demás Escrituras (2 Ped. 3:16).
Por el contrario, Pedro reconoce la legitimidad de los escritos paulinos.
Creciendo en Gracia exagera esta pugna que realmente no fue entre Pablo y los
demás apóstoles de Jerusalén, sino entre los cristianos judaizantes que (como
ocurre hoy en día con algunos hermanos sin entendimiento) se dedicaron a juzgar
a los gentiles porque no practicaban las ceremonias judías.
Tanto Pedro como Santiago aclaran que esos que llegaron a
las iglesias a estorbar no iban de parte de ellos. Así lo dice en Hechos
15:24:
“Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de
nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras,
perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley.”
No obstante la exageración o desenfoque de esta supuesta
“contradicción” es utilizada por este movimiento para restarle autoridad y
credibilidad a las epístolas o escritos bíblicos de Pedro, Juan y Santiago.
Creciendo en Gracia falla en entender la Biblia donde la gracia de Dios ha
estado manifiesta aun desde el mismo Antiguo Testamento, y que tanto en éste
como en el Nuevo, los elegidos fueron justificados por la fe y no por las
obras.
Toda la Biblia tiene un mensaje centralizado en
Jesucristo, el cual está presente de manera tipológica aun en la pascua hebrea
y en las demás ceremonias y sacrificios de la ley. Esta manera de separar las
cartas paulinas como únicas expositoras de la revelación más perfecta en
detrimento de las demás escrituras, también es típica de los grupos
ultra-dispensacionalistas.
Es sabido que en el caso de los evangelios, enseñan por
ejemplo que el Sermón del Monte no era para la iglesia, sino para los judíos, y
que Cristo vino a traer un mensaje de ley y no de gracia. Por eso algunos hasta
niegan la ordenanza del bautismo, alegando que fue instituido al principio por
Juan el Bautista y Jesucristo, pero San Pablo no lo practicaba (basándose en el
texto de 1Cor 1:17 donde dice que el Señor no lo envió a bautizar sino a
predicar el evangelio), si bien el mismo fue bautizado y bautizó a muchas
personas. Estos grupos sólo emplean las cartas paulinas como la única fuente
sana de enseñanza para la iglesia gentil.
Al menospreciar o subestimar los evangelios y las epístolas
generales se pierde ese énfasis en la vida cristiana práctica, si bien San
Pablo también insistió en una gracia con responsabilidad. Pero el valor del
Sermón del Monte como la esencia de la vida y el carácter del cristiano, en la
cual la justicia exhibida por éstos es superior a la de los escribas y
fariseos, porque es una justicia que brota del interior y no una meramente
religiosa, pierde autoridad.
El Dilema de Santiago:
Como hemos explicado anteriormente, Creciendo en Gracia le resta
credibilidad a los apóstoles que ejercían su ministerio entre los judíos:
Pedro, Juan y Jacobo o Santiago. Pero de estos tres, Santiago es el más
aborrecido por este movimiento. La epístola de Santiago es considerada por
Creciendo en Gracia como un ejemplo de legalismo y falsa enseñanza. ¿Cómo entonces
se coló la misma en el canon de las Escrituras? La explicación que tuve la
oportunidad de oír de labios del mismo “apóstol” José Luis De Jesús (fundador y
líder de la agrupación), es que Dios quiso incluirla porque leyendo las
aberraciones de Santiago, podemos apreciar las verdades de Pablo. De esta
manera la inerrancia de las Escrituras y la utilidad de toda ella para instruir
y enseñar queda en tela de juicio.
La epístola de Santiago causa dificultad a muchas
personas indoctas que tuercen las Escrituras. Santiago es un libro sumamente
práctico cuyo tema central es el testimonio y el fruto del creyente como
evidencia de una fe genuina. Santiago está confrontando precisamente esa fe sin
sustancia, de boca solamente, pero sin fruto, sin la evidencia de una vida
realmente transformada. El segundo capítulo de Santiago ha sido interpretado
erróneamente por algunos, pretendiendo que Santiago estaba afirmando que la
salvación viene por las obras.
Obviamente esta es una mala exégesis del texto. Santiago afirma
“Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras
y yo te mostraré mi fe por mis obras.” La frase que resume la exposición de
Santiago es que la fe sin obras es fe muerta. ¡Y no hay verdad más real que
esta!
Pero el rechazo a Santiago va mucho más allá de una mala
exégesis del texto. Las palabras de Santiago son estacas clavadas en la
arrogancia de toda persona que busca vivir una gracia sin compromiso, una
gracia barata.
¿Afirma Santiago que la justificación es por las obras y no por
la fe? Por supuesto que no. ¿Por qué entonces afirma en Santiago 2:24 que el
hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe? Cuando se saca
este verso del contexto de todo el capítulo dos, parece ser que Santiago está
en desacuerdo con Pablo, pero es todo lo contrario. El verso 22 nos da la clave
de lo que está diciendo el apóstol: La fe se perfeccionó por las obras. En
otras palabras, la fe vino primero, pero las obras como resultado de esa fe la
perfeccionaron y la confirmaron.
Los cristianos que creemos en la verdadera gracia bíblica
sabemos que la salvación es sólo por la fe. Pero a la misma vez sabemos que esa
salvación produce obras piadosas, fruto de arrepentimiento. El mismo apóstol
Pablo lo reconocía cuando evitaba imponer las manos para ordenar al ministerio
a personas neófitas o que no tuvieran un testimonio sano o cuando en la mayoría
de sus epístolas habló de hacer morir lo terrenal, de practicar una vida
piadosa y de combatir en contra de los apetitos carnales. El mismo Jesús lo
enseñó claramente cuando dijo que todo árbol que no da fruto es cortado y
echado al fuego (Mat. 3:10; 7:19). El mismo Señor fue el que dijo: Por sus
frutos los conoceréis (Mat. 7:20).
El problema de Creciendo en Gracia no es que rechaza
únicamente la canonicidad de la epístola de Santiago, sino que niega la validez
del Antiguo Testamento, porque nada en el mismo tiene vigencia; niegan la
validez de las enseñanzas de Jesucristo; niegan la validez de las epístolas
pastorales de Timoteo y Tito (escritas por el mismo San Pablo), y la validez de
las cartas de Juan y Pedro. Obviamente, también se rechaza al Apocalipsis
porque fue escrito por Juan, quien según ellos, no era un apóstol de la gracia.
De modo que la “biblia” de Creciendo en Gracia sólo consta de unas cuantas
epístolas paulinas. No hay duda de que la posición de este movimiento es
totalmente sectaria y herética al rechazar la inerrancia de las Escrituras y
tomarse la osadía de decidir qué libros de las mismas son válidos y que libros
no lo son.
Este
grupo ha sido influenciado por lo que se conoce como el Movimiento de la Fe.
Ellos, al igual que el Movimiento de la Fe y las sectas metafísicas, creen que el
creyente puede crear su propia realidad a través del pensamiento positivo o la
confesión positiva. Cuando los feligreses están pasando por problemas
económicos o enfermedades físicas, sus maestros recomiendan que le hablen al
Señor y a la situación de la siguiente manera:
“... Señor no
recibo esto, recibo que esto se arregla, digo que esta situación cambia ahora
mismo. Habla a tu carne que le encanta enfermarse y resfriarse. . .dile, mira,
sánate que no tengo tiempo para eso, sánate, te declaro sana, . . . Hable duro,
con poder, tu tienes la vida en tu boca”.
Esta
clase de pensamiento ofrece una idea equivocada acerca de la manera que Dios
obra en la vida del cristiano en tiempos de necesidad. Nosotros no somos dioses
para poder ordenar que venga a la existencia cualquier cosa que queramos (a
pesar de que esta agrupación sí lo cree) para poder crear nuestra propia
realidad. Además, el hablar positivamente a las circunstancias o a nuestras
enfermedades, deja de ser una fe en Dios, desviándose en una fe o confianza en
nuestras propias palabras, en nuestra propia fe.
Nuestro entendimiento de la oración debe estar siempre basado en
todo lo que la Biblia dice. Por ejemplo, nos dice que debemos permanecer en
Cristo y tener Su Palabra permanente en nosotros (Jn. 15:7). No debemos pedir
con malos motivos (Santiago 4:3) y lo que pidamos debe ser siempre conforme a
Su voluntad (1 Jn. 5:14). Dios es un Padre soberano, personal, que nos ama, que
sabe mejor que nosotros lo que es mejor para nosotros, y obra misteriosamente
aun a través de las malas circunstancias para traernos bendiciones como las
trae a otros (Rom.8:28). No podemos torcer el brazo de Dios para que él haga lo
que le ordenamos. Somos hijos de Dios y debemos depender de Dios para todo y
confiar en Dios aún cuando nuestras oraciones parezcan no ser contestadas.
Este
estudio está basado en el mensaje: EL COMIENZO DEL BIEN Y EL MAL predicado el 5
de Julio de 2000 por el Pastor José Luis de Jesús líder del Ministerio
Creciendo en Gracia. El mensaje completo se encuentra en
http://www.creciendoengracia.com
- Creciendo en gracia:
Vamos
a leer ahora, en el libro del profeta Isaías, capítulo 14, verso 12; 14, verso
12, Isaías. ¿Lo tienen todos? Dice: "¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero,
hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las
naciones." Fíjate lo que el profeta dice: "¡Cómo caíste del cielo!
Cortado fuiste por tierra". La tierra no corta a nadie, ahí lo que dice es
"formado fuiste de tierra".
- Pastor: Cárdenas:
Cuando
formulé al Pastor de Jesús la pregunta: En que se basa para hacer esta
afirmación: Ahí lo que dice es: Formado fuiste de tierra. Textualmente respondió:
En referencia a su inquietud sobre el termino "cortado fuiste por tierra
", queremos compartirle que el Apostolado de Gracia tiene como fundamento
doctrinal el evangelio, es decir las catorce epístolas dadas al Apóstol Pablo y
a partir de ellas nuestro Apóstol explica los misterio de Dios.
Esta explicación no responde en nada a la pregunta formulada. Si
examinamos la palabra "cortar" en el idioma hebreo es
"Gadá" y significa cortar, tajar o separar y en ningún momento
traduce formar como lo enseña el Pastor de Jesús," para enseñar que el
texto de Isaías 14:12 está hablando de la formación de Adán.
- Creciendo en gracia:
Ustedes
saben que Dios hizo, el primer hombre fue hecho del polvo de la tierra, él hizo
un muñeco de tierra. Ahora, a ese muñeco de tierra, que es el primer Adán,
había que darle vida. Pero para darle vida a ese muñeco había que meter un
espíritu y entonces, Dios sopló a Satanás en ese cuerpo. Y entonces, ahí lo
cortó por tierra y vino a ser el hombre un ser viviente.
- Pastor Cárdenas:
En
Génesis 2:7 leemos: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la
tierra y sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente”. La
Escritura dice que Dios sopló en su nariz aliento de vida. No sopló en Adán a
Satanás, pues de acuerdo a la enseñanza del Pastor de Jesús, Satanás fue la
vida de Adán.
- Creciendo en gracia:
Pues
la Escritura dice, que Lucero ese de la mañana, Dios lo creó y entonces, entró
en contrataciones y en maquinaciones. Entonces, cuando Dios lo creó, que lo vio
con contrataciones él ahora necesitaba pecar, pero para tú pecar necesitas un
cuerpo físico. Él cometió iniquidad en el estado querubín, él fue un querubín
precioso, entonces cometió iniquidad. Pero para pecar necesitaba cuerpo físico
porque no se puede pecar si no hay carne.
- Pastor Cárdenas:
El
Pastor de Jesús afirma que: para pecar necesitaba cuerpo físico porque no se
puede pecar si no hay carne. Pero cuando leemos en Ezequiel 28:16 pasaje
paralelo al de Isaías leemos: A causa de la multitud de tus contrataciones
fuiste lleno de iniquidad Y PECASTE; por lo cual yo te eché del monte de Dios,
y te arroje de entre las piedras de fuego, oh QUERUBÍN PROTECTOR.
Aquí
encontramos que la Escritura afirma que lucero, a quien se le llama
"querubín protector" "pecó" estando aún en el cielo y por
lo tanto sin tener ningún cuerpo físico ya que era un espíritu.
Cuando
el pastor de Jesús se le pregunta acerca de sus interpretaciones, acude a una
revelación sobrenatural para ponerse fuera de toda crítica. En el mensaje
Caminando en obras de antemano afirma: Una de las cosas, a mí siempre me han
dicho: - Esos temas que tú te inventas -. Por ejemplo, el tema: Las Dos
Simientes, a mí me han dicho: -¿Dónde tú sacaste ese tema-? Y yo les he dicho:
-¿Te gustaría saber de dónde yo lo saqué? ¿Respetaría de dónde lo saqué-?
--Bueno, depende, si estás torciendo la Escritura…-- Y yo les digo: -¿No, pero
tú quieres saber de dónde yo lo saqué? Papá Dios me lo dijo-.
Con
esta respuesta se coloca a toda persona que le cuestiona, como alguien que está
poniendo en duda "la revelación de Dios".
- Creciendo en gracia:
Por
eso es que nuestra carne, tú has notado que Pablo dice, que los designios de la
carne no se sujetan a la ley de Dios. ¿Has visto las luchas que tú pasas? Es porque
vino de la carne de Satanás, por eso es que nuestra carne es género diablo.
Entonces, qué sucede, que una vez Adán tiene a Eva, pues, Adán engendra en Eva
un hijo, pero al mismo tiempo que Adán engendró un hijo en Eva, Dios también
engendró un hijo en el mismo vientre, un parejita, gemelos. Por eso es que dice
que nació Caín y luego Abel, no dice que nació Caín, y luego que el nene creció
y era hermoso, luego tuvieron otro varón, nacieron los dos de momento.... Lo
que sucede, que en la mujer no es así, pero Dios, cuando engendró a Adán,
engendró Dios, y de ahí salieron dos hijos, que son las dos simientes.
- Pastor Cárdenas:
En
el anterior párrafo se afirma que Eva tuvo gemelos pero mientras uno pertenecía
a Adán (a esa altura supuestamente el diablo), el otro fue engendrado por Dios
y de esta forma se formaron en Eva las dos simientes.
Leamos
Génesis 4:1-2. Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín
y dijo. Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano
Abel, y Abel fue pastor de ovejas y Caín fue labrador de la tierra.
Como
podemos notar nada se dice respecto a un engendramiento sobrenatural de Abel.
Pero
especulando, supongamos que la simiente del bien vino por medio de Abel y la
del maligno por medio de Caín. La historia bíblica nos dice en Génesis 4:8. Y
dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos
en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.
¿Qué
pasó entonces con la simiente supuestamente engendrada por Dios en Eva?
SIMPLEMENTE PERECIÓ CUANDO MURIÓ ABEL
Pero claro suponiendo que se busque la salida de que el tercer hijo, es
decir Set, fue el reemplazo de la simiente de Dios. Leemos en Génesis 4:25. Y
CONOCIÓ DE NUEVO ADÁN A SU MUJER, la cual dio a luz un hijo y llamó su nombre
Set. Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a
quien mató Caín.
Claramente
leemos que conoció de nuevo Adán a su mujer, fue Adán quien tuvo relaciones
sexuales con Eva y el resultado fue que dio a luz otro hijo, Set.
Pero
si Adán era el diablo, entonces Set al igual que Caín representarían la
simiente del mal y nadie la simiente del bien pues Abel quien era su
representante, murió. Por lo tanto la teoría del pastor José Luis de Jesús
carece de fundamento bíblico.
- Creciendo en gracia:
¿Tú le estás dando ejercicio a tus sentidos? ¿Ustedes están
pensando? Sí, porque fíjate que inmediatamente que nacen esos dos hijos viene
una voz del cielo y dice: "Pondré enemistad entre esta simiente y esa
simiente". Dios dijo que habían dos simientes, quiere decir que los dos no
eran hijos de Adán.
- Pastor Cárdenas:
En
este caso es necesario simplemente el leer con detenimiento, el pastor de Jesús
afirma: Sí, porque fíjate que inmediatamente que nacen esos dos hijos viene una
voz del cielo. Dios si dice estas palabras pero no luego de nacer Caín y Abel,
sino en Génesis capítulo 3:15, cuando Adán y Eva aún estaban en el huerto y por
ende no habían nacido Caín y Abel.
- Creciendo en gracia:
Fíjate
lo que dice: "Pero los que han alcanzado madurez son los que han
participado del alimento sólido, porque ellos tienen sus sentidos ejercitados
en el discernimientos del bien y del mal". Imagínese, llamarle a Adán que
Adán fue el diablo, hay gente que se escandaliza. Se escandalizan por una forma
tan sencilla.
- Pastor Cárdenas:
No
cuestiono estas afirmaciones por falta de madurez de mi parte sino por la
incoherencia teológica que se encuentra en ellas.
Sería
de mucha bendición para todos los pastores del Ministerio Creciendo en gracia y
para su feligreses que se revisaran estos conceptos, para la edificación
verdadera.
El
líder de Creciendo en Gracia debe corregir lo deficiente y afirmar lo bueno.
Bendecido con toda bendición espiritual en Cristo Jesús.
PASTOR
JOSE LUIS CÁRDENAS
Pacto Nuevo (Bogotá)
Después
de analizar algunas de las doctrinas extrañas y antibíblicas que enseña el
Ministerio Creciendo en Gracia, podemos con toda certeza concluir que este ministerio
no es apto para “enseñar a todos los pastores del mundo” la sana doctrina, como
ellos aseguran. Además, niegan doctrinas esenciales del cristianismo, tales
como la doctrina de la Trinidad. Desde ese punto de vista, se les puede
considerar, bajo la definición teológica, como una secta.
No
debemos dejarnos engañar por la agresividad y la aparente autoridad en la que
se expresan los maestros de este grupo. Todo lo contrario, debemos examinar
todo lo que dicen con la palabra de Dios (Hech. 17:11; 1 Tes. 5:21).
Una perspectiva correcta de la Carta de Santiago |
“la fe que obra por el amor”
(El Apóstol Pablo, Gálatas. 5:6)
por: Frank L. López
La epístola
del apóstol Santiago, aparentemente es una carta controversial, sin embargo,
cuando la sometemos a un análisis, todas las nubes que dificultan la visión
desaparecen, y vemos tanto en Santiago como en Pablo y el resto de apóstoles
una armonía completa.
El Ministerio
Creciendo en Gracia (MCG), al igual que los Testigos de Jehová, Mormones y
otras sectas, no tienen una perspectiva adecuada de esta epístola y la mal interpretan. El MCG incrimina a Santiago, Pedro, Juan
(11 de los apóstoles), de ser falsos apóstoles, ya que cuando ellos leen a
Santiago, y a otros apóstoles entienden que niegan la salvación por gracia
solamente, y creen que Santiago como los otros predican una salvación por
obras, pero esta interpretación de José Luis De Jesús esta muy lejos de la
realidad.
El llamado
apóstol José Luis De Jesús dijo:
«... Santiago dice: "Hermanos, ya veis que el hombre no es justificado
solamente por la fe, sino por las obras también". Y Pablo dice:
"Hermanos, concluimos pues, que el hombre es justificado por fe sin
las obras". Y Santiago dice: -No, no, no, no, es por fe pero con obras-.
No, no, entonces Romanos 11:6, hay que borrarlo, que dice que "si es por
fe, ya no es por obra, de otra manera la fe ya no es fe. Y si es por obras, ya
no es por fe, de otra manera la obra ya no es obra". Así que, Santiago
era otro bandido más, que era hermano de Jesús también.» (Calqueo “La Perfección de los Santos”, de 03-07-01.)
«Pedro y los apóstoles predicaban un evangelio de obras, en cambio,
Pablo predicaba uno de fe...» (Capsula
mayo-13-2000)
El interpretar un versículo
aislado de su contexto, lleva a conclusiones equivocadas, como muy
correctamente dijo el erudito bíblico Scofield,
en la introducción de su Biblia Anotada:
«...El dicho de que “todo puede probarse con la
Biblia” es tanto verdadero como
falso: es verdadero si se usan paisajes aislados de su contexto; es
completamente falso si se toma en cuenta la revelación divina en su totalidad.»
Hay una predisposición
entre los falsos maestros de considerar una verdad parcial como absoluta,
separandola del conjunto de toda la Biblia. Como
resultado de esto enseñan vehemente y parcialmente, una verdad aislada,
desatendiendo otras verdades de la Biblia. Este fenómeno es propio de las
sectas y es usado como táctica de engaño
y para tratar de darle apoyo a sus falsas doctrinas. Por tanto es inexcusable
atender todo el consejo de Dios como se presenta en la totalidad de las
Sagradas Escrituras.
Dado que los falsos
maestros, manipulan las Escrituras inescrupulosa y hábilmente, también seria
prudente antes de llegar a alguna conclusión sobre un tema, buscar los textos
que se citan como prueba en varias traducciones de la Biblia, o buscar en algún
interlineal la traducción más correcta del texto en cuestión. Pero continuemos
con el tema de este artículo.
En el Concilio de Jerusalén se
puede apreciar la unidad de todos los apóstoles, como un solo hombre dieron
testimonio de su creencia en “la justificación por la fe solamente”, tanto para
judíos como para gentiles. Pedro argumenta en este Concilio a defensa de la
libertad cristiana y en contra de los judaizantes:
“...Pedro se levantó y dijo: ...Y Dios, que conoce los corazones,
les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y
ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus
corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz
de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido
llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de
igual modo que ellos.” Hechos 15:7-11
De esta manera Pedro expuso su
declaración inspirada sobre el único medio de salvación. Pedro al igual que sus
conciudadanos judíos habían creído que Dios había
purificado los corazones, de Cornelio y sus amigos, por la fe, al igual
que a esos gentiles. Es decir, habían de ser salvos tanto judíos como gentiles,
por la gracia de Jesucristo, solamente por la fe aparte de la ley y las
ordenanzas. Esta exposición de Pedro concuerda completamente con la tesis
Paulina, “el axioma fundamental del Evangelio” que le había encargado el Señor,
el cual dice:
“Por medio de él (Jesucristo) se os anuncia perdón de pecados, y que de
todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él
es justificado todo aquel que cree.” Hechos 13:38, 39
Este axioma es declarado con
fuerza a través de todo el Nuevo Testamento. El teólogo Charles Hodge declara muy apropiadamente:
“Lo primero que el evangelio demanda es: renuncia a ese espíritu legal y
que se auto-justifica. Hay que hacerlo, o de otra manera no es posible aceptar
el evangelio. ‘El que hace obras’, o sea, el que confía en sus obras, se
niega a ser salvo por la gracia...” (Charles
Hodge, A Commentary on the Epistle to the Romans)
El mismo Pedro llama al Soberano Dios con esta
majestuosa expresión:
“Mas el Dios de toda gracia, que nos
llamó a su gloria eterna en Jesucristo...” 1 Pedro 5:10
Ahora, ¿Qué es lo que verdaderamente plantea
Santiago?, ¿Acaso Santiago niega la salvación por la gracia solamente? De
ninguna manera. Pues el mismo Santiago estuvo Presidiendo el Concilio de
Jerusalén apoyando a Pablo, y a Pedro en sus conclusiones. Santiago, al igual
que todos los apóstoles creían en “la justificación por la fe solamente”. El tema de Santiago es el servicio
a Dios, como resultado de la fe salvadora y verdadera. Santiago no exalta las
obras en oposición a la fe, sino la fe como la fuente de las obras.
Ciertamente, Santiago declaró que
“la fe sin obras es muerta” y que tal fe no puede salvar. Sí
reflexionamos sobre Santiago 2:14-26 podemos observar que él no contradice el
“principio de la justificación por la fe”. Robert Shank nos comenta al respecto:
«En realidad las palabras de Santiago sirven, no para establecer las obras
como un medio de salvación, sino para calificar la clase de fe que salva. El
juicio de Melanchton es un resumen atinado del
argumento de Santiago: “Es la fe, sola, lo que salva; pero la fe que salva no
viene sola” ... La fe salvadora es una fe viviente en
un Salvador viviente, fe tan vital que no puede evitar expresarse. Pablo la
describió como “la fe que obra por el amor” (Gal.
5:6). Lightfoot hace el siguiente comentario de esas
palabras del apóstol: “Estas palabras, di ágapes energoumene (“la fe que obra por el amor”), son el puente
sobre el golfo que separa el lenguaje de Pablo y Santiago. Ambos apóstoles
postulaban un principio de energía práctica, en oposición a una teoría estéril
e inactiva”. (La Vida en el Hijo)
El planteamiento de Santiago es
sencillo: La fe salvadora, va acompañada de buenas obras. Una fe que no lleva
buenas obras no es una fe salvadora
(es menos que eso), tal fe no podrá salvarle. No es lo mismo decir: YO HAGO
BUENAS OBRAS PARA SALVARME, que YO HAGO BUENAS OBRAS PORQUE SOY SALVO. Las
buenas obras es el resultado o producto de la fe salvadora. La fe salvadora
nos lleva o impele[1]
a poner por obra lo que dice la Palabra. Santiago no profesa, la salvación
por obras, sino expone
la fe como el origen de las obras. Los creyentes verdaderos expresan con hechos su
fe. Por eso es que Santiago dice:
«Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te
mostraré mi fe por mis obras.» Santiago 2:18
Warren W. Wiersbe,
teólogo contemporáneo comenta en su libro “Bosquejos Expositivos de la Biblia:
«No hay
conflictos entre Santiago y Pablo en cuanto a la justificación por fe.
¡Santiago no podía contradecir a Gálatas porque Gálatas todavía no se había escrito! Pablo explica que los
pecadores son justificados por la fe (Ro 3–4);
Santiago explica que la fe es muerta a menos que se demuestre por obras. No
somos salvos por obras, pero la fe que nos salva nos conduce a las buenas
obras. Pablo escribió acerca de nuestra posición ante Dios; Santiago escribió
acerca de nuestro testimonio ante el mundo.»
El Apóstol Pablo expresa este
mismo principio en su carta a los Efesios, él dice:
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas.» Efesios 2: 8-10
Es decir, somos salvos solo por
su gracia mediante la fe, para buenas obras, la preposición
(para) indica finalidad, propósito. Este es el mismo punto de vista de
Santiago, no hay diferencia al de Pablo. Las buenas obras son la consecuencia o
el resultado de la salvación. Santiago más bien argumenta que si una persona no
tienes obras, el duda que esa persona posea una fe
salvadora.
Las buenas obras son la evidencia
(externa) de la fe delante de los hombres, los hombres sólo pueden ver las
obras no pueden ver la fe que es algo interior que no puede ser vista por el
ojo humano, sin embargo, esa fe verdadera se manifiesta en buenas obras, es
decir, las buenas obras son los frutos o el producto de la fe salvadora.
Santiago
dice:
«¿No fue justificado por
las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se
perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó
a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el
hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. » Santiago
2:21-24
Scofield
comenta sobre este verso:
«Estos son dos aspectos de una misma verdad. Pablo
escribe [Rom. 4:2] de aquello que justifica al hombre
delante de Dios; es decir, la fe sola, completamente aparte de las
obras; Santiago se refiere a la evidencia de la fe delante de los hombres;
esto es la evidencia de que la fe que justifica es en realidad la posesión del
que profesa tenerla. Pablo trata de los que Dios ve: la fe; Santiago de lo que
el hombre ve: las obras, como la prueba visible de la fe. Pablo obtiene
su ilustración en Génesis 15:6; Santiago en Génesis 22:1-19. La frase clave de
Santiago es “vosotros
veis” (Santiago 2:24); porque los
hombres no pueden ver la fe excepto en la manifestación que de ella se hace por
medio de las obras.»
Es decir, la fe
que salva o justifica también se ve por lo que se hace. Una persona que no
procede o actúa conforme a su fe, no tiene una fe que justifica, su fe es menos
que eso es una fe muerta. Las obras deben hablar o dar testimonio de la fe del
verdadero creyente. Jesucristo dijo:
«El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará
también» Juan 14:12
Podemos ver, por
los propios labios de Jesús, que las buenas obras es el resultado de creer en
él. La fe que no expresa buenas obras, es menos que una fe salvadora, es una fe
muerta. La fe salvadora produce espontáneamente frutos de buenas obras. A
través de los siglos, todo cristiano verdadero, salvo, nacido de nuevo, cree
que su salvación el resultado solamente
de haber creído en él. Todas las buenas obras son estériles para
salvación, sino son el fruto o el resultado de haber creído en Jesucristo como Salvador personal, por la
gracia de Dios. Pero todavía es la fe, no las obras, lo que salva.
Charles H.
Spurgeon, dijo en uno de sus sermones:
«Pues aunque no confiamos en las buenas obras, sabemos que la fe
siempre engendra buenas obras. La fe engendra la santidad. Y no se tiene al
que engendra si no se ama al Hijo. Las bendiciones de Dios son dadas con ambas
manos, son dobles. Con una mano Él otorga el perdón. Con la otra mano siempre
da la santidad. Y ningún hombre puede tener una bendición sin la otra.»
El llamado
apóstol José Luis de Jesús trata de presentar una rivalidad que no existe entre
Pablo y el resto de los apóstoles. Él trata de dividir el cuerpo de Cristo,
creando confusión, además tergiversa la verdad de los hechos históricos, y da
la impresión que ellos son los únicos que enseñan “la salvación por gracia
solamente”. Desde los comienzos, los cristianos nacidos de nuevo hemos creído
que el único medio de salvación es la fe en Jesucristo solamente, aparte de las
obras.
Esta fe
salvadora, nos impulsa a la renuncia del yo, o sea un
rendimiento total de sí mismo al Señor. San Pablo lo expresa con estos términos:
«Estoy crucificado con Cristo...
...Para mi vivir es Cristo...
...Cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por
amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a
Cristo, y ser hallado en él...»
El
verdadero amor a Cristo nos impulsa a un rendimiento completo a
él. Ciertamente, no se puede aceptar al Señor como el salvador de
nuestra vida sino se le acepta también como el Señor de nuestra vida. Una fe
que sea menos que esto, no es una fe salvadora. Al recién nacido en Cristo,
este amor a él lo va guiando poco a poco a esta renuncia del yo, Pablo
nos dijo:
«Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena
obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.»
(Filipenses 1:6 NIV)
Y esta
buena obra, no es de nosotros, es la buena obra del Señor en nosotros ¡Gloria a
Dios!
Pero, el
“Ministerio Creciendo en Gracia” se aparta de la verdadera gracia al corromperla
con sus enseñanzas extrañas ajenas a la Biblia y
al declarar a su líder José Luis de Jesús Miranda:
La gracia de Dios
no es un patrimonio ni es administrada por ningún hombre ni ninguna
organización o religión en particular, ni esta bajo la cobertura de ningún
ministerio exclusivo. Es la “Gracia de Dios” y es sólo de él y él la da a todo aquel que cree en Cristo
por medio de la fe. Tenemos libre acceso directo ante el trono de la gracia, no
necesitamos un mediador humano ni ninguna cobertura especial, Pablo nos asegura
esto:
«Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.... A Jesús
el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la
de Abel. » (Hebreos 4:16; 12:24)
«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre
Dios y los hombre, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate
por todos» (I Timoteo 2:5-6)
En el Antiguo Pacto los sacerdocio levítico actuaban como mediador entre Dios y el pueblo, solo podía cruzar el velo y entrar al lugar Santísimo el sacerdote en representación del pueblo. En la cruz ese velo fue rasgado, tenemos libre acceso, en el Nuevo Pacto ya no tenemos necesidad de una cobertura sacerdotal o especial.
«Pero
ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por
la ley y por los profetas; la justicia de Dios por
medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen él. Porque no hay
diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús» Romanos 3: 21-24