Usos y Costumbres Judias
Posición de los Padres en el Hogar
POSICION DEL PADRE
Significado oriental unido a la palabra
"Padre".
La idea oriental de la familia es un pequeño
reino en sí mismo, sobre el que el padre es
el jefe supremo. Cada compañía de viajeros,
cada tribu, cada comunidad, cada familia,
debe tener "un padre" como cabeza del grupo.
Se dice que un hombre es "el padre" de lo
que el inventa. Jubal "fue padre de todos
los que manejan arpa y órgano". Jabal fue el
"padre" de todos los que habitan en tiendas
y crían ganado. (Gen. 4:20, 21). Porque él
era el preservador y protector, José dijo
que Dios lo hizo "padre de Faraón" (Gen.
45:8). La mente oriental no puede concebir
que ningún grupo o cuadrilla deje de tener
alguien que sea el "padre" de ellos.
Supremacía del padre bajo el sistema
patriarcal. Bajo la administración
patriarcal el mando del padre es supremo.
La autoridad del padre se extiende a su
mujer, sus hijos, sus nietas, sus siervos y
a toda la familia, y si él es el jefe, su
autoridad se extiende a la tribu. Muchos de
los árabes beduinos de este tiempo no tienen
otro gobierno más que el patriarcal. Cuando
Abraham, Isaac y Jacob vivían en tiendas en
la Tierra Prometida, se gobernaban por el
mismo sistema. Y cuando la ley de Moisés fue
dada a Israel, la autoridad de los padres y
específicamente la del padre, aún se
reconocía. Uno de Diez Mandamientos es
"honra a tu padre y a tu madre". (Ex. 12).
En muchos casos el padre era la corte
suprema de apelación asuntos domésticos.
Sucesión de Autoridad. En la mayoría de los
casos la gran autoridad que el padre tenía,
la pasaba a su hijo mayor, quien tomaba el
puesto de jefe a la muerte de su padre. Así
Isaac vino a ser jefe de la familia de su
padre a la muerte de éste.
El y Rebeca habían vivido en la familia bajo
la autoridad de su padre; pero la sucesión
de la autoridad pasó a él como hijo. Ismael,
que era el de la sierva, no recibió herencia
(Gen. 25). En algunos casos el padre
delegaba la sucesión de autoridad en otro
que no fuera el mayor, como cuando Isaac la
delegó en Jacob en lugar de Esaú. (Gen. 27).
Reverencia de los niños para el padre. La
reverencia de los niños para sus padres, y
especialmente para el padre, está casi
universal nivel en el Oriente, aún en la
actualidad. Entre los árabes, muy raramente
se oye decir que un hijo sea desobligado. Es
costumbre que él salude a su padre por la
mañana, besándole la mano y luego continua
de pie delante de él en actitud de humildad,
listo para recibir sus órdenes o esperando
el permiso para retirarse. Enseguida el
padre recibe al hijo en su seno. La
obediencia a los padres se requería en la
ley mosaica, un hijo rebelde y desobediente
podía ser castigado hasta con la muerte.
(Deut. 21:18-21). El Apóstol Pablo reiteró
el mandamiento de los hijos deben obedecer a
sus padres (Efe.. 6:1; Col. 3:20).
LA POSICION DE LA MADRE
La posición de la esposa en relación con el
esposo. La mujer tiene una posición
subordinada a la del esposo, al menos en las
labores hogareñas, sino en naturaleza. La
mujer hebrea antigua no gozaba de una
libertad ilimitada como las mujeres modernas
de Occidente la tienen. En el Oriente el
intercambio social entre los sexos está
marcado con un grado de reserva no conocida
en ninguna parte. El Dr. Thornpson dice,
"Las mujeres orientales nunca son estimadas
o tratadas como iguales a los hombres".
Nunca comen con ellos, sino que al esposo y
los hermanos se les sirve primero, y la
esposa, la madre y hermanas esperan para
tomar lo que queda. En un paseo la mujer
nunca va del brazo de los hombres, sino que
sigue a una respetuosa distancia; la mujer
es, por regla, estrechamente vigilada y
observada con celo; cuando sale, va con velo
de la cabeza a los pies. Esta actitud hacia
las mujeres puede ilustrarse en la Biblia.
Notad cómo a las esposas de Jacob cuando
viajaban se les daba lugares aparte y no con
él (Gen. 32). No se dice que la madre del
hijo pródigo estuviera presente en la fiesta
que el padre ofreció a su hijo (Luc.
15:11.32). Esto está de acuerdo con la
costumbre oriental.
Pero a pesar de estas cosas, debe entenderse
que el Antiguo Testamento no califica a la
mujer como mera esclava del marido. Ella
tiene gran influencia para bien o para mal
sobre su marido. Y él muestra gran respeto
para ella en la mayoría de los casos. Sara
fue tratada por Abrahán como una reina, y en
asuntos de familia ella gobernaba de muchas
maneras. Abraham le dijo acerca de Agar, la
madre de Ismael, "He ahí tu sierva en tu
mano, haz con ella lo que bien te pareciere"
(Gen. 16:6). El tributo a una esposa madre
hebrea en el libro de los Proverbios indica
que ella era una persona de gran influencia
sobre su marido: "El corazón de su marido
está en ella confiado" (Prov. 31:11). "Abrió
su boca con sabiduría" (Prov. 31:26). "Sus
hijos llamáronla bienaventurada; y su marido
también la alabó" (Prov. 31:28). Posición de
la madre en relación con los hijos. Los
niños de Oriente muestran casi el mismo
respeto hacia su madre que hacia su Padre.
Se cree que la madre tiene derecho a ser
honrada y tener la autoridad de Dios. En
realidad, al padre y a la madre se les mira
como teniendo la representación de Dios en
asuntos de autoridad. Se les considera en
esta posición a pesar de lo malo que cumplen
sus obligaciones.
Los niños hebreos tienen por lo general un
gran respeto para su madres, aun cuando
lleguen a ser adultos. Esto puede ilustrarse
por la gran influencia que ejercían por las
reinas-madres sobre los reyes de Judá e
Israel (1 Reyes 2:19; 2 Reyes 11:24:12;
etc.). Posición superior de la mujer judía
respecto a las mujeres paganas. La
degradación de las mujeres del Oriente es
asunto de conocimiento común. En muchos
casos ella es muy semejante a una moza,
esclava, o pasatiempo de los hombres, más
que la compañera del hombre como lo es en el
Occidente. Esta situación ha existido por
siglos. Pero la posición de la mujer hebrea
era siempre muy superior a la de las mujeres
paganas, mucho antes de que la cristiandad
tuviera su origen entre ellas.
Acerca de esta superioridad en relación a
los árabes, el Dr. Thompson testifica: "La
posición de las mujeres entre los hebreos,
era más alta entre los árabes, y el carácter
dc la mujer hebrea debe haber sido,
realmente, tal como podría demandar respeto
y sostener esta alta posición. Los árabes no
pueden mostrar una lista de mujeres
piadosas, ilustres como la que adorna la
historia de los hebreos. Ninguna madre
beduina enseñó, o pudo enseñar tal
"profecía" como el rey Lemuel aprendió de la
suya; ni podría el cuadro de la mujer
virtuosa que se nos da en el último capítulo
de Proverbios, ser copiado por un árabe. Que
él así conceptuara el carácter de una mujer
arabe, sería una imposibilidad moral". ***
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