Usos y Costumbres Judias
La Religión en el Hogar
EL PADRE COMO SACERDOTE EN TIEMPOS
PATRIARCALES
En los días de los primeros patriarcas,
el padre era el sacerdote de toda la
familia, y este honor y responsabilidad de
ejercer el sacerdocio comúnmente pasaba al
hijo mayor a la muerte del padre. Esta
práctica continuó hasta que la ley de Moisés
transfirió si' derecho a la tribu de Leví de
cuya tribu salieron los sacerdotes para
Israel como nación.
El Altar.
La religión en los hogares de aquellos
antiguos tiempos se centralizaba grandemente
en torno a un altar sobre el cual los
animales sacrificados se ofrecían a Dios.
Así cuando Abrahán llegó a la Tierra,
levantó su tienda en la región de Bethel, la
Escritura nos dice que "edificó allí altar a
Jehová, e invocó el nombre de Jehová" (Gen.
12:8) - Se dice que más tarde él mismo
edificó un altar en Hebrón (Gen. 13 :18).
Asimismo dice que Jacob edificó un altar en
Síchem (Gen. 33:18-20). Después, en
obediencia al mandato de Dios, fue a Bethel,
y como su abuelo, edificó un altar al Señor
allí. Antes de hacer esto, dijo a su familia
"Levantémonos, y subamos a Bethel; y haré
allí altar a Dios que me respondió en el día
de mi angustia, y ha sido conmigo en el
camino que he andado" (Gen. 35:3).
El altar en la vida del hogar en aquellos
días antiguos ayudaba a producir el sentido
de pecado, una realización de la autoridad
de Dios, y un conocimiento de que el camino
para acercarse a El era a través del
sacrificio. El altar era el precursor de la
vida familiar de oración en un hogar
cristiano actual, que se basa en el perdón
del pecado a través de la sangre de Cristo,
de quien el sacrificio de los animales era
símbolo. El Terafín. En la tierra de
Babilonia de donde originalmente llegó
Abrahán, había adoración familiar a sus
dioses, y el hogar su altar con figuras de
arcilla de estos dioses, que se llamaban
"terafin".
Estos dioses familiares servían como
ángeles guardianes en el hogar. A la muerte
del padre, estos dioses del hogar, o
terafín, siempre dejados al hijo mayor, en
la inteligencia que los demás miembros de la
familia tenían derecho de adorarlos. Cuando
Jacob dejó el hogar de Labán en Harán, nos
dice el libro del Génesis, "Raquel hurtó los
ídolos (terafin) de su padre." (Gen. 31:19).
Labán estaba muy perturbado por este hurto,
siguió a Jacob con todo lo que éste llevaba
y le dijo, "¿Por que has hurtado mis
dioses?" (Gen. 31:30). ¿Por qué Labán tenía
interés en descubrir el terafín perdido? Sir
Charles Leonard Woolley, quien tuvo a su
cargo las excavaciones en Ur de los Caldeos
dice de un ladrillo de la región que revela
una ley que arrojaba sobre el robo de
Raquel.
El Dr. Woolley dice que en la ley se
afirma "La posesión de estos dioses del
hogar confiere el privilegio de
primogenitura". Así Raquel debe haber
hurtado el derecho de su hermano cuando se
llevó el terafín de su padre, y buscaba por
medio que Jacob fuera el heredero legal de
la riqueza de Labán forma antigua de la
idolatría estaba ligada vitalmente a los
asuntos familiares. Parecería que Raquel se
trajo aquel serafín hurtado cuando la
familia estaba para movilizarse de Sichem a
Bethel, entonces Jacob dijo a su familia:
"Quitad los dioses ajenos que están entre
vosotros, limpiaos y mudad vuestros
vestidos" (Gen. 35 La presencia de estas
reliquias de antaño indicaban un esfuerzo
para combinar la superstición y los
maleficios paganos de una adoración
idolátrica, con la adoración del Dios vivo y
verdadero. El terafin apareció en distintas
ocasiones en la historia postrera de Israel.
EDUCACION RELIGIOSA BAJO LA LEY
La ley de Moisés era muy diferente en los
requerimientos que los padres debían
entrenar a sus hijos en el conocimiento de
Dios y sus leyes. Con relación a estas
divinas enseñanzas dice: "Y enseñarlas has a
tus hijos, y a los hijos de tus hijos"(Deut.
4:9). Y en lo referente al cumplimiento de
los mandamientos, un escritor ha dicho: "La
educación religiosa de la familia vino a
ser, como ha continuado siendo, una marca
especial del judaísmo". Vino a ser una
obligación solemne de los padres hebreos
enseñar a sus hijos los mandamientos de la
ley, y también explicarles el significado
real de las observancias religiosas. Sin
duda ha sido este énfasis en la educación
religiosa en la familia lo que ha
contribuido grandemente a la permanencia del
judío en la historia. También es cierto que
cualquier fracaso de los judíos para llenar
la misión dada por Diós en el mundo puede
ser trazada en parte cuando menos a su
fracaso en el entrenamiento religioso de la
familia.
PEREGRINACIONES FAMILIARES AL SANTUARIO
Una parte muy importante en la vida de la
familia hebrea era la peregrinación que se
hacía al santuario. "Tres veces en el ano
será visto todo varón tuyo delante del
Señoreador Jehová, Dios de Israel" (Ex.
34:23). La familia entera podía ir, pero se
requería que todo miembro varón fuese en la
peregrinación. Las fiestas del Señor se
celebraban en esas tres estaciones del año.
Los elementos de la acción de gracias eran
muy enfatizados en la mayoría de ellos. El
Señor hizo una promesa especial a los que
iban en esas peregrinaciones a la casa de
Dios.
"Ninguno codiciará tu tierra, cuando
subieres para ser visto delante de Jehová tu
Dios" (Ex. 34:24), todos los hombres fuera
de sus hogares, era la promesa de Dios
cuidar de esos hogares contra cualquier
ataque posible de algún enemigo, mientras la
familia iba en la peregrinación. La familia
de Elcana tenía el hábito de hacer tales
peregrinaciones. "Y subía aquel varón todos
los años de su ciudad, a adorar y sacrificar
a Jehová de los ejércitos en Silo" (1 Sam.
1:3), y en tales peregrinaciones que Ana oró
por el niño, y en el tiempo debido nació
Samuel. El ejemplo más famoso de una familia
en peregrinación a Jerusalén, es por
supuesto la de José, María y Jesús. Lucas
nos dice: "E iban sus padres todos los años
a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Y
cuando fue de doce años, subieron ellos a
Jerusalén conforme a la costumbre del día de
la fiesta" (Luc. 2:41, 42). Difícilmente
podemos imaginar lo que aquel viaje a la
Ciudad Santa significaba para el niño Jesús.
Solamente la jornada era conmovedora para
un niño, pero para el estar en la Casa de su
Padre era lo que más emocionaba (Luc. 2:49).
Algunos lectores de la Biblia se han sentido
perplejos porque Lucas dice que José y María
caminaron la jornada de un día de descubrir
que el niño Jesús no iba en la peregrinación
con ellos. Pero la costumbre actual siríaca
de las peregrinaciones de una familia
religiosa arroja luz sobre lo acontecido.
Lucas dice: "buscaban entre los parientes y
entre los conocidos" (Luc. 2:44) esas
peregrinaciones los parientes y conocidos
viajaban juntos en grandes grupos, y los
niños del grupo se consideraban
completamente seguros mientras permanecían
en el. En estos viajes los padres a menudo
caminan varias horas sin ver a sus hijos. Es
posible que Jesús estuviera con la caravana
cuando ésta salió, y después se separó de
sus familiares volviendo a la ciudad al
Templo.
LA BIBLIA EN LOS HOGARES JUDIOS EN TIEMPO
DE CRISTO
En los días cuando Jesús crecía como un
niño en su hogar de Nazareth, con cualquier
parte de la Escritura hebrea que el joven
deba haber conocido, ellos crecían para ver
recitada la plegaria llamada "El Shemá".
Esta plegaria era en realidad el resumen de
tres pasajes del Pentateuco. Era repetida
mañanas y tardes por los hombres. El niño
judío, cuando llegaba a la edad de los doce
años, ya debía repetir esta oración. Los
tres pasajes que componían "El Shemá" eran:
Deut. 6:4-9; Deut. 11:13-21; y Números
15:37-41. Es muy posible que Jesús después
que retornó de la peregrinación a Jerusalén
pidiera prestado el manuscrito de la
Sinagoga de Nazareth (si es que en su hogar
no tenían una copia de las Escrituras) y
estudiar en ésta especialmente los libros de
Moisés y los Profetas.
En sus enseñanzas El siempre se refiere a
estos escritores y sentía especial
inclinación por Isaías y Jeremías. El uso
muy extendido de "El Shemá" en los tiempos
de Cristo vino a ser con otros muchos, una
mera fórmula, con muy poco y ningún
significado. Es probable que esta oración
llegase a ser tan vana como una oración
pagana. Sin duda Cristo protestó por el uso
inmoderado de ello cuando dijo: "y orando no
seáis prolijos, como los gentiles" (Mat.
6:7). La práctica de las filacterias, de la
cual los fariseos hicieron un uso muy
grande, estaba basada en algunas de las
Escrituras en "El Shemá" y como ellos hacían
mucho uso de ellas Jesús las condenó.
HOSPEDAR COMPAÑEROS-CREYENTES EN LOS
TIEMPOS DEL NUEVO TESTAMENTO
En los días de los apóstoles, se daba
mucha importancia a la obligación de
hospedar a los compañeros-creyentes que
llegaban a su pueblo. En los tiempos de la
persecución, tal hospitalidad era de gran
valor. Lucas alude a un tiempo de
persecución así: "los que fueron esparcidos,
iban por todas partes anunciando la palabra"
(Hech. 8:4). ¡Qué bienvenido sería un hogar
cristiano de refugio a quien tuviese que
huir de su hogar por el testimonio de
Cristo! El apóstol Pablo se hospedó en el
hogar de Aquila y Priscila, mientras llevaba
al cabo su trabajo misionero en Corinto
(18:1-3). Una de las calificaciones de un
buen prelado, la dio en las palabras "dado a
la hospitalidad" (1 Tim. 3:2). Y a los legos
les expresó la importancia de estar
"siguiendo la hospitalidad" (Rom. 12:13).
Pedro decía a los santos "hospedaos los unos
otros sin murmuraciones" (1 Ped. 4:9).
La palabra traducida hospitalidad" aquí
quiere decir "amigables con los
extranjeros". Pedro no pensaba en que los
creyentes hospedaran a sus amigos
cristianos, sino más bien de hospedar a los
cristianos-viajeros que necesitaban alimento
y techo. La hospitalidad entre los primeros
cristianos movió a la camaradería cristiana,
y así fortaleció el crecimiento fe. Debe
haber ejercido una gran influencia entre la
juventud que se levantaba en los hogares
donde se practicaba. (Véase también el Cap.
VII sobre "La Obligación Sagrada de la
Hospitalidad")
ASAMBLEAS CRISTIANAS EN EL HOGAR
Los primeros lugares en que se reunían
los cristianos para adorar, era el hogar.
Las primeras excavaciones en que se encontró
una iglesia por los arqueólogos, donde se ha
establecido una fecha, es un cuarto dentro
de una casa que fue apartado para la
adoración y fue amueblado como capilla. Data
del siglo tercero D. C., difícil para los
cristianos del siglo XX reconocer que la
mayoría, si no todas las primeras iglesias,
se reunían en los hogares. El Dr.A.T.
Robertson hace una lista de algunos de esos
lugares de reunión: "La iglesia de Jerusalén
se reunía en casa de Mana (Hech. 12:12), la
de Filipo en la casa de Lidia (Hech. 16:40).
En Efeso, en la casa de Aquila y Priscilia
(1 Cor. 16:19), y mas tarde en Roma (Rom.
16:5); y de la misma manera había una
iglesia que aparentemente se reunía en la
casa de Filemón en Colosas (FiL 2).
Seguramente estos hogares recibieron una
bendición especial por este servicio. Había
también grande responsabilidad".
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