Programa Diario
de Actividades
LEVANTARSE
TEMPRANO
Referente a
la hora de
levantarse de la
cama, un
escritor ha
descrito el
asunto así: "El
hábito de
levantarse
temprano es
general en
Palestina. El
clima lo hace
una necesidad la
mayor parte del
año, siendo tal
el calor que los
trabajos pesados
son opresivos
una hora después
de la del sol.
Al amanecer los
trabajadores van
al desempeño de
sus
obligaciones, y
los viajeros
temprano
emprenden su
camino". Muchos
pasajes bíblicos
indican la
costumbre de
levantarse
temprano que se
practicaba en
aquellos días.
El libro del
Génesis menciona
una ocasión en
que "Abraham se
levantó muy de
la mañana" (Gén.
22:3). El libro
del Éxodo nos
dice que:
"Moisés se
levantó
temprano" ( Exo.
34:4). Las
Sagradas
Escrituras nos
dicen que Job
"Levantabase de
mañana" ( Job.
1:5). De las
gentes que
deseaban oír las
enseñanzas de
Cristo, dice
Lucas: "y todo
el pueblo venía
por la mañana,
para oírle en el
templo" (Luc.
21:38). Y Marcos
dice de Jesús,
"y levantándose
muy de mañana,
aún muy de
noche, salió y
se fue a un
lugar desierto,
y ahí oraba"
(Marc. 1:35).
Otros ejemplos
de levantarse
temprano en
tiempo de las
Escrituras,
Podrían citarse.
LAS MUJERES
MUELEN EL GRANO
El primer
sonido que
alegra el oído
temprano en la
mañana en muchos
pueblos
palestinos, es
el de la
molienda del
grano.
Actualmente,
como en los años
antiguos, muchas
de estas gentes
usan molino de
mano con este
propósito. Un
viajero que pasa
frente estos
hogares humildes
oye el ruido del
molino de mano
en la mañana y
en la tarde,
Este ruido de la
molienda no es
precisamente
musical, pero
así a muchos les
gusta dormirse
oyéndolo. En la
mente de las
personas que
viven en el
Oriente, este
ruido lo asocian
con el hogar, el
confort y la
abundancia. Las
mujeres son
quienes hacen
esta tarea,
principalmente
temprano por las
mañanas,
requiriéndose
algunas veces
trabajar hasta
el medio día
para terminarlo.
Cuando Jeremías
lanzó juicio
sobre Israel por
sus pecados,
dijo con
referencia a lo
que Dios quería
de ella: "Y haré
que perezca de
entre ellos voz
de gozo y voz de
alegría, voz de
desposado y voz
desposada, ruido
de muelas" (Jer.
25:10). De esto
puede inferirse
que el ruido de
estos molinos de
mano es una
indicación de
actividad y
vida, y su
ausencia puede
ser signo de
suma desolación.
Las
referencias
bíblicas a los
molinos de mano
son fieles a las
costumbres
Orientales. El
trabajo es de
los sirvientes
si acaso la
familia dispone
de ellos; si no,
las mujeres lo
ejecutan, porque
los hombres lo
consideran muy
humilde, y ellos
no ejecutan
tareas serviles.
La parte del
juicio sobre
Israel es la
destrucción de
Jerusalén por el
enemigo.
"Llevaron los
mozos a moler"
(Lam. 5:13). Y
los filisteos
castigaron a
Sansón de esa
manera, porque
se dice de él,
"que moliese en
la cárcel" (Jue.
16:21). Aun
cuando hay
molinos de mano
sencillos para
usarlos una sola
persona, es
común que dos
mujeres trabajen
en uno juntas.
El molino está
compuesto de dos
piedras de
cuarenta y cinco
a sesenta
centímetros de
diámetro. Las
mujeres se
sientan a él
poniéndose la
una frente a la
otra. La piedra
superior se
mueve sobre la
inferior
impulsada por
una manija que
es halada
alternativamente
y empujada.
Este es el
proceso que se
sigue, según
Anis C. Haddad,
en Palestine
Speaks: "La
piedra superior
da vueltas en
derredor de un
pivote de madera
en el Centro de
la de abajo. El
agujero de la
piedra superior
para el pivote
está en forma de
embudo para
recibir el maíz,
el que es puesto
por ambas
mujeres dentro,
según se
requiere. La
harina que va
saliendo de
entre las
piedras se
recoge en una
piel de oveja
puesta bajo el
molino". Job
habla de un
corazón "fuerte
como una piedra,
y fuerte como la
muela de abajo"
(Job 41:24). El
Dr. Thompson
dice que la
piedra inferior
del molino no
siempre es más
dura que la
superior pero él
ha visto la
muela hecha de
una lija muy
compacta y
gruesa, mientras
que la piedra
superior era de
lava, sin duda,
porque siendo
muy ligera, es
más fácil
hacerla girar en
derredor con la
mano.
TIEMPO PARA
LAS COMIDAS
Las comidas
no siempre se
sirven al mismo
tiempo en el
Oriente, y la
naturaleza de
las comidas
varía en las
diferentes
regiones. Este
mismo fue igual
en los tiempos
bíblicos. En
general debe de
se que los
hebreos daban
solamente dos
comidas, el
almuerzo y
comida. La hora
para el almuerzo
varía desde
temprano en la
mañana hasta el
medio día. Jesús
les sirvió el
almuerzo a un
grupo de
pescadores
hambrientos
temprano en la
mañana (Jn.
21:12). Al
comentar las
negligencias de
los guardas del
rey Eglón 3:24),
Josefo el
historiador
judío dice: "Era
tiempo de
verano, medio
día, cuando los
guardas no
estaban en su
puesto, tanto el
calor, como
porque habían
ido a comer".
Se llama la
atención al
hecho de que la
palabra que
Josefo usa por
"comida" es una
pala que quiere
decir "almuerzo"
como se usa en
el Nuevo
Testamento. Se
desprende de
esto que el
historiador
judío da a
entender que
algunas veces el
almuerzo se
servia tan tarde
como al medio
día, en tiempo.
Sin duda que con
frecuencia se
servia al medio
día. En la
parábola del
casamiento del
hijo del rey, el
mensaje se envió
a los invitados,
"He aquí, mi
comida he
aparejado" (Mat.
22:4).
La de bodas
sería semejante
a la "comida de
bodas" inglesa.
Jesús menciona
las dos comidas
de los judíos en
una exhortación
hecha a su
hospedador,
"cuando haces
comida o cena"
(Luc. 14 La
comida de la
tarde en muchos
casos es la
principal, pero
siempre; todo
dependía de la
naturaleza y
lugar de trabajo
de hombres. La
costumbre en
algunas ciudades
modernas de
almuerzo entre
las nueve y las
doce, y la
comida por la
tarde,
corresponden a
las dos comidas
de los judíos en
tiempos
bíblicos.
FABRICACION
DE TELAS Y
HECHURAS DE
VESTIDOS
Las mujeres
judías
fabricaban las
telas para la
familia. La lana
que usaban se
obtenía de los
rebaños. Tenía
que hilarse sin
el USO de
telares
modernos.
Referente a este
proceso, el
libro de los
Proverbios en su
tributo a la
madre ideal lo
describe así:
"Aplicó sus
manos al huso, y
sus manos
tomaran la
rueca" (Prov.
31:19). Los
antiguos
egipcios y
babilonios, eran
expertos en
tejer, tenían
grandes telares,
pero la mayoría
del pueblo común
palestino usaba
telares muy
primitivos, y el
proceso de
tejido era de
necesidad, era
lento y tedioso.
Por supuesto
que no había
máquinas de
coser o agujas
de acero. Las
agujas eran muy
toscas y hechas
de bronce, y
algunas veces de
astillas de
hueso que se
afilaban de un
extremo y con un
agujero en el
otro. Se dice
que actualmente
la mayor parte
del hilado en
Siria es hecho
por mujeres
ancianas. Da
ocasión a las
tejedoras de
unirse. Así
ellas hilan
mientras
platican, y
algunas veces
mientras comen
en un modo
informal. Cuando
dice la
Escritura,
"Aplicó sus
manos al huso, y
sus manos
tomaron la
rueca" (Prov.
31:19), es lo
mismo que decir,
"Ella nunca está
ociosa", o como
dirían los
sirios, "Su huso
nunca está fuera
de sus manos".
LAVADO DE
TELAS
Las mujeres
árabes, al lavar
su ropa
actualmente, van
a los
manantiales,
corrientes de
agua, piscinas o
canales de
riego. Sumergen
su ropa, luego
la sacan
poniéndola sobre
piedras planas,
las cuales
abundan en
Palestina, la
golpean con una
cachiporra de
medio metro de
largo. Acarrean
el agua en
recipiente de
piel de cabra Y
tienen una
vasija para
enjuagar la
ropa. Qué
proceso se usó
en tiempos de
David,
seguramente
indica en su
oración de su
salmo
penitencial:
"Lávame más de
mi maldad" (Sal.
51:2). Este
cuadro viene del
proceso del
lavado de la
ropa. Alejandro
McLaren dice a
este respecto:
"La palabra
empleada es
significativa;
probablemente
quiere decir
lavar amazando y
golpeando, no
simplemente
enjuagando. El
salmista esta
listo a
someterse a una
disciplina
dolorosa, con
objeto de ser
limpiado.
"Lávame,
golpéame,
hóyame, golpéame
con malletes,
arrójame contra
las piedras, haz
conmigo
cualquier cosa,
si acaso estas
sucias manchas
son quitadas de
los tejidos de
mi alma". El
jabón que se
usaba para lavar
está muy claro
en las
Escrituras.
La palabra se
encuentra en las
traducciones
comunes de
libros de
Jeremías y
Malaquías (Jer.
2:22 y Mal.
3:2). Este jabón
era
indudablemente
un alcalí
vegetal. Job
dijo: "Aunque me
lave aguas de
nieve, y limpie
mis manos con la
misma limpieza"
( 9:30). Este
era un alcalí
vegetal. Hay en
la Biblia dos
referencias al
alcalí mineral,
el que era
llamado nitrato
(Prov. 25:20 y
2:22). Esto era
probablemente el
"natrón" tan
ampliamente
usado en Egipto.
LAS NIÑAS CUIDAN
EL GANADO Entre
los árabes
beduinos donde
los camellos
requieren la
atención de los
hombres, la
tarea de cuidar
las cabras es
asignada a
jóvenes de la
casa.
Estas
pastorcitas
algunas veces
tienen
dificultades
para dar agua a
sus ganados, si
acaso los
pastores de los
rebaños de
camellos vienen
en uno de sus
períodos de
cinco días de
pasto sin agua.
Las mujeres no
son
consideradas, a
pesar de su
sexo, por estos
hombres. La
Historia Sagrada
nos relata cómo
Moisés protegió
a las hijas de
Jetro cuando
ellas buscaban
una oportunidad
dar agua a sus
ganados. Una de
estas hijas vino
a ser después
esposa de Moisés
(Ex. 2:15-21).
LA SIESTA DEL
MEDIO DIA
Durante la
temporada del
verano en
Palestina, el
tiempo de calor
máximo es al
medio día, de
las doce a las
tres de la
tarde, hay
cesación de la
mayor parte de
las actividades
durante ese
tiempo en muchas
partes de la
tierra.
Descansan en sus
casas o donde
pueden encontrar
un lugar
apropiado. Las
lavanderías y
las tiendas por
lo regular
cierran sus
puertas durante
esas horas. En
el Antiguo
Testamento era
común este
descanso al
medio día. El
Génesis nos
cuenta que
Abraham estaba
sentado a la
puerta de su
tienda en el
calor del día
(Gen. 18:1). El
hijo de Isboset,
estaba durmiendo
al medio día "el
cual esta
durmiendo en su
cámara la
siesta" (2 Sam.
4:5). Y cuando
Saúl entró en la
cueva donde
David y sus
hombre habían
sido
localizados, él
sin duda lo hizo
para dormir su
siesta del medio
día. "Entró Saúl
en ella a cubrir
sus pies" (1
Sam. 24:4).
CONVERSACION
DIARIA
Usar el
nombre de Dios
en la
conversación. En
las tierras
anglosajonas
raramente se
menciona el
nombre de Dios
en las
conversaciones
diarias, excepto
por los
profanos. Pero
entre los árabes
de las tierras
bíblicas, el
nombre de Dios
constantemente
está en los
labios de
aquella gente.
Una persona
asombrada
exclamará
"Masahallah", es
decir "Lo que ha
hecho Dios" Que
es la misma
expresión usada
hace siglos por
Balaam (Núm.
23:23). Si a un
hombre se le
pregunta si
espera hacer
cierta cosa,
contestará, "Si
Dios quiere".
Esta es la clase
de contestación
que recomienda
Santiago en su
Epístola (Sant.
4:1). Si se pone
a un niño en tal
forma que usted
pueda admirarlo,
la abuela dirá:
"He aquí, la
dádiva de Dios",
palabras
reminiscentes de
la declaración
del salmista,
"He aquí,
heredad de
Jehová son los
hij05" (Sal.
127:3). Cuando
un agricultor
saluda a Sus
trabajadores les
dice: "Dios sea
con ustedes".
Ellos
contestarán,
"Dios lo
bendiga". Estos
son algunos de
los saludos
usados hace
siglos cuando
Booz se acercó a
sus trabajadores
(Ruth 2:4) -
Esas pías
expresiones, por
supuesto pueden
usarse tan
frecuentemente
que lleguen a
perder su
significado, y
en los labios de
gente insincera
pronto pierden
su valor.
Pero esas
conversaciones
forman un gran
contraste con
las que se oyen
entre los
occidentales.
Desde los días
de los
patriarcas hasta
los de los
apóstoles, la
conversación
diaria entre los
judíos incluye
muchas
referencias a la
Deidad. Sin duda
que había labios
insinceros que
pronunciaban el
nombre de Dios
descuidadamente,
pero cuando esta
costumbre
practicada por
gente de Dios.
¡Qué hermosa
era! En el libro
de Ruth,
encontramos
muchos ejemplos
de tales
conversaciones.
Uno de ellos es,
cuando las
amigas de Noemí
exclamaron:
"Bendito sea el
Señor". (Ruth
4:14). Sería
bueno que los
cristianos
modernos usaran
el nombre de
Dios en sus
diarias
conversaciones.
Uso de lenguaje
figurado y
expresiones
exageradas. La
manera oriental
de hablar,
frecuentemente
es para
registrar
gráficamente que
se quiere dar a
entender, o
quizá
demostrarlo.
Lucas nos da
buen ejemplo en
su relato de las
experiencias de
Pablo:
"Descendió de
Judea un
profeta, llamado
Agabo; y venido
a nosotros, tomó
el cinto de
Pablo, y
atándose los
pies y las manos
dijo: Esto dice
el Espíritu
Santo: Así
atarán los
judíos en
Jerusalén al
varón cuyo dueño
es este cinto"
(Hech. 21:10,
11). Si Juan el
Bautista hubiese
hablado como
algunos oradores
de Occidente,
hubiese dicho:
"Vuestras
pretensiones a
la virtud y
nacimiento,
exceden
grandemente
vuestra práctica
actual de la
virtud". Siendo
un oriental
legítimo, él
dijo:
"Generación de
víboras ¿quién
os ha enseñado a
huir de la ira
que vendrá?
Haced pues
frutos dignos de
arrepentimiento.
Y no penséis
decir dentro de
vosotros. A
Abraham tenemos
por padre:
porque yo os
digo, que puede
despertar hijos
a Abraham aun de
estas piedras"
(Mat. 3:7-9) El
mucho uso de
figuras en el
idioma en la
enseñanza y
conversación
hacen del libro
un típico libro
oriental.
Los
orientales con
frecuencia hacen
declaraciones
que para
occidentales
parecen
exageraciones
inmerecidas. Un
hombre dirá
otro: "Lo que te
digo es cierto;
si no, me corto
el brazo o si
no, dirá: "Te
prometo esto, y
si no cumplo mi
promesa, me
sacaré el ojo
derecho". En
aquellas tierras
nadie soñará
siquiera que tal
resolución pueda
llevarse al
cabo. Esas
expresiones
simplemente
quieren decir
que el que las
dice, es persona
seria. Los
orientales
pueden muy bien
apreciar lo que
Jesús daba a
entender cuando
decía: "Por
tanto, si tu ojo
derecho te fuere
ocasión de caer,
sácalo y échalo
de ti: Y si tu
mano derecha te
fuere ocasión de
caer, córtala y
échala de ti"
(Mat. 5:29, 30).
Muchas de las
expresiones de
Jesús deben
entenderse a la
luz de las
conversaciones
diarias de su
tiempo. Aquí
tenemos algunos
ejemplos: "Mas
os digo, que más
liviano trabajo
es pasar un
camello por el
ojo de una
aguja, que
entrar un rico
en el reino de
Dios" (Mat.
19:24) -"Guías
ciegos, que
coláis el
mosquito, mas
tragáis el
camello" (Mat.
23:24) "Y ¿Por
qué miras la
mota que está en
el ojo de tu
hermano, y no
echas de ver la
viga que está en
tu ojo?" (Mat.
7:3). Al leer
estos pasajes de
la Escritura,
los occidentales
deben recordar
el afecto de los
orientales por
la hipérbole.
Tratando asuntos
delicados en
compañía mixta.
Los que
visitan
Palestina de
todas partes del
mundo, con
frecuencia se
ofenden por la
manera como en
las diarias
conversaciones
de los nativos,
se incluyen
asuntos de los
que nunca se
hablaría en
círculos
corteses
occidentales. El
oriental
considera
perfectamente
propio hablar
acerca de
cualquiera cosa
que sea natural
en presencia de
hombres, mujeres
y niños. Y esto
se hace en
círculos
sociales
refinados. Una
mujer respetable
de la Tierra
Santa no puede
entender por qué
algunos críticos
de la Biblia han
condenado la
mención de
ciertos pasajes
escriturales que
tratan asuntos
que parecen una
sinrazón para
los
occidentales. La
historia que se
relata en
Génesis de los
detalles
concernientes al
nacimiento de
los gemelos,
Esaú y Jacob
(Gen. 25:23-26),
puede ser
relatada en una
asamblea en el
Oriente, aun con
más detalles,
sin venir un
sonrojo a
ninguno de los
presentes. Hace
algunos cientos
de años se hacía
lo mismo en
Inglaterra.
LAS MUJERES
VAN POR AGUA
Tarea es de
las mujeres el
ir a traer el
agua de los
pozos, y
manantiales para
los quehaceres
hogareños. En la
actualidad lo ha
en muchas partes
en Oriente, de
la misma manera
que lo hace
cuando los
relatos del
Génesis hablan
de "la hora de
la tarde, la
hora en que
salen las mozas
por agua" (Gen.
24:11) - Las
mujeres entrenan
para este
trabajo desde la
niñez, pues Saúl
y su siervo
"hallaron unas
mozas que salían
por agua" (1
Sam. 9:11). El
mejor tiempo
para este
trabajo era por
la tarde, aun
cuando algunas
veces se hacía
temprano por las
mañanas.
Cántaros de
barro (Lam.
4:2), se usaban
para este
trabajo, los que
tienen a veces
una o dos asas.
Ha sido una
costumbre entre
las mujeres
siriacas, llevar
el cántaro de
agua en su
hombro, aunque
algunas lo
llevan sobre la
cabeza. La
mayoría de las
mujeres árabes
en Palestina lo
llevan sobre su
cabeza.
La Escritura
nos dice que
Rebeca llevaba
su cántaro en el
hombro (Gen.
24:15). El
llevar un
cántaro al agua
era costumbre
universal de las
mujeres. Debe
haber sido un
cuadro
pintoresco
verlas ir y
venir con su
cántaro
graciosamente
puesto en su
cabeza o su
hombro. Cuando
Jesús dijo a dos
de sus
discípulos "Id a
la ciudad y os
encontraréis un
hombre que lleva
un cántaro de
agua; seguidle"
(Marc. 14:13),
ese era un modo
fácil de
identificar a
una persona,
porque no es
nada común ver a
un hombre llevar
un cántaro con
agua, porque
esta es tarea de
las mujeres.
Cuando grandes
cantidades de
agua se
necesitan, los
hombres usan
grandes sacos de
piel de oveja o
cabra para
llevarla.
Los cántaros
se reservan para
uso de las
mujeres. No se
deja nada en el
pozo que pueda
servir para
sacar agua de lo
profundo. Cada
una de las
mujeres que van
a traer el agua
además de Su
cántaro, lleva
una cubeta de
cuero y una
soga,
suficientemente
larga para
bajarla hasta el
nivel del agua.
La mujer
samaritana a
quien Jesús
encontró en el
pozo de Jacob,
había traído
todo esto, pero
Jesús no tenía
un equipo igual.
De allí que ella
le dijera:
"Señor, no
tienes con qué
sacarla, y el
pozo es hondo"
(Jn 4:11). En
respuesta a su
solicitud de que
le diese de
beber, ella la
sacó del pozo y
la dio a él.
|